viernes, 2 de junio de 2017

Parto Fisiológico en Casa - Nacimiento de Ix Chel

Desde mucho antes de comenzar a buscar un embarazo había decidido que si alguna vez tenía un hijo iba a recibirlo en este mundo de la manera más amorosa y respetuosa posible.
No me interesaba experimentar lo que se entiende por "parto respetado" porque yo soñaba con un parto fisiológico que no es lo mismo. Al final decidimos junto a mi novio planificar un parto acuático en nuestro hogar, porque sabíamos que yo no iba a lograr sentirme cómoda en una institución y además no existía hospital o sanatorio en mi ciudad en que respetaran totalmente mis deseos/necesidades. (Pienso que los deseos de una parturienta siempre son necesidades en ese momento sin excepciones.)
Un día en el curso de pre-parto, cuando estaba de 35 sdg, me enteré de que mi hija se encontraba en presentación podálica. La obstetra me dijo que aún así yo podía intentar parir vaginalmente pero que de todas maneras había tiempo para que la bebé se acomode, así que nos alentó a conversar con mi hija para que se gire. En las últimas semanas de embarazo mi mamá, la médica, la doula y otras madres que esperaban a sus bebés para la misma fecha que yo, le hablaron a mi bebé dentro de la panza y le transmitieron sus deseos para que todo salga de la mejor manera.
Cuando estaba de 37 sdg, con mi novio nos acercamos a un hospital de mi ciudad a presentar nuestro plan de parto, tuvimos dos reuniones con el jefe de Obstetricia y la jefa de Neonatología en las que conversamos mucho sobre como se manejaban en esa institución. Lamentablemente no logramos ponernos de acuerdo. El jefe de Obstetricia me dijo, entre otras cosas, que allí no podían brindarme una atención personalizada, que no iban a esperarme más de 20 horas en trabajo de parto y que en caso de ir a cesárea mi pareja no podía ingresar conmigo. Nos despedimos y nos fuimos convencidos de que era una total injusticia para nosotros recibir a nuestra hija nacer en esas condiciones. Todas las mujeres somos diferentes y tenemos necesidades diferentes, además no priorizamos lo mismo y un nacimiento es un evento inigualable, por eso el sistema médico debe garantizarnos una atención personalizada en nuestros partos.
Ya cuando estaba de 38 sdg, un día le pedí a mi novio que por favor se fijara manualmente si la bebé seguía en podálica. Aunque yo tenía mis dudas, él me aseguró que había girado. ¡Y tuvo razón!
Fuí con mi mamá a realizarme el último control con la obstetra esa misma semana y llegué al colmo de felicidad cuando me confirmaron que ella se encontraba en cefálica y que estaba totalmente sana. Luego en los últimos días de embarazo nos dedicamos a preparar lo que faltaba y comprar algunas cosas para el nacimiento. Hicimos la ecografía 5D, dibujamos un árbol de la vida en mi panza y reflexionamos mucho sobre ese momento. Nosotros siempre estuvimos de acuerdo respecto al tipo de crianza que queríamos darle a nuestra hija, una crianza con apego, respetuosa, y consciente sobre todo.
El 9 de Marzo habíamos armado la pileta en nuestra habitación. En ese momento yo me encontraba de 39 sdg y teníamos todo preparado. Mi casa estaba irreconocible puesto que tuvimos que cambiar todos los muebles de lugar. Ese día no me sentía muy bien, había tenido algunos inconvenientes con la partera que iba asistir mi parto y ella me había tratado de muy mala manera, más adelante descubrí que ella estaba atravesando una situación difícil, pero de todas formas pudo acompañame en mi embarazo a pesar de sus inconvenientes. Al final del día logré sentirme un poco mejor y volví a conectarme con mi hija.
El día 10 de Marzo me desperté a las 8:00 a causa de una pequeña y corta contracción. Volví a dormir y a despertarme varias veces. Mi novio me trajo una almohada de esas que dan calor y me la colocó en la parte baja de la espalda para relajar los músculos.
Para las 12:00 yo seguía en la cama, permanecía acostada y cuando la contracción comenzaba me sentaba en el borde hasta que terminaba y me volvía a acostar. Con mi novio almorzamos, miramos series, luego él se puso a limpiar y a llenar de a poco la bañera para probar que tan rápido podíamos llenarla.
Para las 17:00 empecé a moverme de un lado al otro desde el baño hasta mi habitación, las contracciones eran cada 5 minutos y ya no podía evitar prestarles atención. Le escribí a novio que para que saliera del trabajo y viniera a casa, necesitaba totalmente de su compañía en aquel momento. A partir de las 18:00 nos comunicamos con la partera para comentarle que ya había comenzado. Mi novio me hacía masajes en la espalda, cuando yo tenía la contracción él paraba y luego volvía a masajear. Siempre pensé que la mejor manera de transitar el trabajo de parto es hacer lo que el cuerpo nos pida sin pensarlo, para que el neocórtex deje de funcionar. Somos mamíferas, está en nuestra naturaleza la capacidad de soportar ese proceso, y también de de disfrutarlo.
A las 19:30 me metí en la ducha para que el agua me relajara. Me quedé allí en total oscuridad vocalizando cada vez que podía y también gritando. Existe una correlación fisiológica y energética entre la boca y la vagina que, en pocas palabras, permite que gritar, reírse y besarse ayude en la dilatación del cuello del útero. A las 21:00 aproximadamente mientras seguía en la bañera, escuché como rompí la bolsa, el líquido amniótico se mezcló con el agua de la ducha y el baño se llenó de ese olor tan particular. Les dije (más bien grité) a mi novio y a mi mamá que llamaran a mi partera y que llenara la pileta de nacimiento "como sea pero YA". Mi hija estaba naciendo, yo me encontraba agachada por momentos, sosteniendo la cabeza de mi bebé a través del periné. Nunca voy a olvidarme de esa sensación en la vida. Le hablé a mi hija, le pedí que me esperara, que no quería que naciera en mi cuarto de baño porque que no quería parir en ese lugar. Fue gracioso pero a la vez bastante intenso.
Fui hasta mi cuarto y me metí en la pileta casi llena de agua caliente, hacía mucho calor ya que la calefacción estaba puesta a 30 grados y la temperatura del agua era de 36 grados (parir en un horno hubiera resultado más fresco). Llegó la partera y tuvieron que echarle hielo al agua porque según ella estaba muy caliente. Estaban las luces apagadas, solo iluminaba una linterna y una fuente de agua que me había regalado mi novio. Yo pujaba rápido con demasiada fuerza, pero la partera me hablaba por lo bajo y me decía que lo haga más despacio. Mi novio estaba fuera de la pileta, mirándome de frente, con una sonrisa enorme, sosteniendo mis brazos. La pileta no era tan cómoda como aparentaba sino que era bastante resbaladiza.
Luego de unos 7 u 8 pujos logré coronar, toqué por primera vez a mi hija, su cabeza dura y sus cabellos suaves y, entre jadeos, le dije a mi novio que ella estaba por salir y que por favor la agarrara. Di mi último pujo y ella salió por completo de mi, escuché la risa de mi novio, giré mi cabeza y ahí la vi, mi hija Ix Chel, moviéndose debajo del agua. En mi mente visualicé esa escena tantas veces, mi bebé naciendo en el el agua. Su papá se seguía riendo de la emoción mientras la levantó muy lentamente, él la sostenía desde su cuerpito mientras la partera le sostenía la cabeza, era una bebé imposiblemente bella, con la piel azulada, el cabello largo sobre la frente, con los ojos bien cerrados, tan tranquila, no lloraba. Siempre creí que todos los bebés sanos lloraban al nacer, Pero me equivoqué, mi hija no lloró. Recuerdo que apenas salió de mí le hablé y le dije que la amaba mucho. Mi novio me la entregó para que yo la tomé con en brazos y la acerqué a mi pecho. La ayudante de la partera dijo que eran las 22:50 hs, aunque mi pareja cree que fueron 22:49 hs. Me alcanzaron una toalla para cubrir a Ix Chel y nos quedamos las dos dentro de la pileta un corto rato, A partir de las 23:00 hs el tiempo comenzó a transcurrir demasiado lento. Salimos de la pileta y me senté en el banquito de parto para el alumbramiento. Sentía que el periné se me quemaba, le pregunté  a la partera si me había desgarrado, a lo que ella me respondió de muy mala manera "¡Ay, no sé!" mientras levantaba los hombros con un gesto de -que se yo-. En ese momento mi novio no dijo ni una palabra pero semanas después me confesó que había sentido mucho miedo puesto que yo sangraba bastante y la partera ni siquiera fue capaz de darnos seguridad respondiendo a MI pregunta sobre MI CUERPO. Luego del parto nos enteramos de que esa partera era bastante negligente con su trabajo, que tenía la costumbre de llegar tarde a los partos e incluso de maltratar a las madres. Por suerte hoy en día ya no tenemos relación ni contacto con esta mujer y sólo nos vinculamos con personas agradables y respetuosas. Aprendimos la lección y queremos darle el ejemplo a nuestra hija de nunca permitir que nadie le falte el respeto.
Después de unos pocos minutos la placenta salió y cayó entre mis piernas, se la señalé a Ix Chel mientras le contaba que esa era parte de su "casita" y que la había cuidado y alimentado todos estos meses mientras ella estaba en mi útero. Recién allí se dignaron a corroborar si yo estaba desgarrada y me dijeron que tenía el periné intacto. Me felicitaron, dijeron que estaban sorprendidos por mi capacidad y mi fortaleza, que lo había hecho muy bien. Le dijeron a mi bebé que tenía una mamá muy poderosa y que la había traído al mundo de manera perfecta.
Me pidieron que me ponga de pie para poder limpiarme las piernas. Me paré con Ix Chel en mis brazos y empezaron a secarme, no recuerdo mucho porque en ese momento se me bajó la presión. Mi novio sostuvo a la bebé y a mi me acostaron en mi cama con los pies en alto hasta que pude sentirme un poco mejor. Luego pasó todo mucho más lento, fueron a traerme comida y agua que no comí ni bebí puesto que yo no podía dejar de mirar a mi hija. Pesaron a mi bebé, nos sacaron fotos, marcamos nuestras huellas en el certificado, le puse su primer pañal, y lo más importante: comenzamos la lactancia! Ella tenía su boca tan pequeña y se prendió a mi pecho de manera perfecta.  Recuerdo que yo que sentía muy cansada, solo quería que se fueran todos para poder descansar y estar con mi hija y su papá.
Al final lo logré. Logré que mi primer hija llegara al mundo de manera NATURAL y RESPETADA en mi casa. Tuve un parto fisiológico, sin intervenciones médicas ni drogas ni ninguna de las faltas de respeto abusivas que se cometen en la mayoría de las instituciones. Ix Chel lo hizo excelente, nació a término, se dio posicionó correctamente, salió de mi cuerpo en el momento en que se lo pedí, se prendió al pecho perfectamente, lo logró todo. Tal vez simplemente las cosas tenían que suceder así. Además de la partera que asistió mi parto y su ayudante, se encontraban otros miembros de mi familia en mi casa, pero no estuvieron en mi cuarto en ningún momento, ni siquiera mi mamá pues a ella le impresiona mucho la sangre. Mi familia luego me felicitó y me dijeron cosas muy cálidas. Todos ellos respetaron nuestra necesidad de intimidad en el momento sagrado de mi parto. Mi novio estuvo a mi lado incondicionalmente todo el tiempo. Sin dudas fue la experiencia más gratificante de nuestras vidas. Ya en la madrugada cuando todo terminó, nos metimos los tres en la cama, hablamos un largo rato sobre lo hermosa que era nuestra hija, nos sacamos fotos, comimos, y después nos fuimos a dormir los tres juntos por primera vez.
 El nombre Ix Chel representa a la diosa maya de la luna, de los partos y de la fertilidad. No es casualidad. Todo está sincronizado en este universo.

martes, 17 de enero de 2017

¿Qué es una doula?

La doula es una profesional que ha sido madre y que acompaña a otras mujeres en las etapas de embarazo, trabajo de parto, parto y puerperio, proporcionándoles apoyo físico, emocional, psicológico y espiritual.
La palabra “doula” (pronunciado dula) proviene del griego y significa "esclava”. Antiguamente éstas eran parientes o allegadas de la madre a la cual asistían y su tarea era, además de acompañar emocionalmente, la de ocuparse de las labores domésticas. Actualmente las doulas son mujeres formadas para su labor, que han atravesado su propia maternidad y su tarea no interviene con la del personal médico que atiende a la embarazada.

El servicio de la doula es amplio y el mismo varía dependiendo del país o región en dónde se encuentre. Diversos estudios han demostrado los beneficios que implica para la mujer gestante y para su bebé contar con el acompañamiento de una doula.